La Trama Nacho Mier-Augusto: Un Padrinazgo con Olor a Crimen Organizado
El Inquisidor, por Henry Sánchez Ortiz
En el ajedrez del poder, las lealtades se forjan en el Senado, pero sus cimientos pueden hundirse en los pantanos de la corrupción.
El senador Adán Augusto López, acorralado por las revelaciones de un patrimonio inexplicable y las turbias conexiones con la red conocida como “La Barredora”, ha elegido a su «hermano» poblano, Ignacio Mier Velasco, como el destinatario de su espaldarazo.
Pero esta «hermandad» no es una simple alianza política; es una fusión de intereses que arrastra el peso de la sospecha.
El Pacto Obscuro y La Barredora
Adán Augusto no sólo ha reafirmado su liderazgo a pesar de las amenazas de «fuego amigo» y las advertencias mafiosas como “A todo santo le llega su capillita”. Su acción más grave es la de ungir a Mier en un contexto donde el propio López es señalado por ser el ex jefe de quien fue identificado como el líder nacional de “La Barredora”, alias “El Comandante H”.
El mensaje es brutal: Mier no solo está aceptando el padrinazgo de un político envuelto en escándalos de corrupción financiera, sino que se está vinculando a un personaje que la información pública relaciona indirectamente con grupos de choque o, peor aún, con estructuras que exhiben modus operandi propios del crimen organizado.
La Pregunta Crucial para Puebla
Al aconsejarle a Mier que su destino es «para Puebla», Adán Augusto no solo le da un cargo; le traspasa, implícitamente, la carga de su historial. La foto del abrazo entre ambos senadores ya no solo proyecta aspiraciones; proyecta la grave sospecha de que la candidatura de Mier estaría apadrinada por fuerzas cuya procedencia y manejo de recursos son, en el mejor de los casos, opacos, y en el peor, criminales.
Esta decisión lo coloca en el ojo del huracán, legitimando la relación de su padrino con la turbia red de «La Barredora» y exponiéndolo a ser señalado como un potencial facilitador o cómplice de esas estructuras en el estado de Puebla.
La única forma de mitigar la sombra de «La Barredora» sobre las aspiraciones de Mier no es con frases de afecto, sobre la naturaleza de la relación entre Adán Augusto y «El Comandante H». De lo contrario, este «padrinazgo» será la lápida para el futuro político de Nacho Mier y una afrenta para la política poblana.
