Delfina Pozos: la diputada sin agenda (pero con ganas de show)

Por Angela Mercado O.
Puebla, Congreso del Estado — Hay quienes legislan, hay quienes representan… y hay quienes gritan. Y luego está la diputada Delfina Pozos Vergara, que no se cansa de confundir el Pleno con una cabina de radio grupera en viernes de complacencias.
Este jueves, la diputada del PRI —sí, ese partido que sobrevive a base de migajas, nostalgia y cargos plurinominales— decidió que el Congreso no era suficiente sin su performance de barrio. En plena discusión sobre una importante reforma que tipifica el ciberasedio como delito (tema serio, moderno, urgente), la diputada Pozos prefirió agarrarse del chongo legislativo con Nayeli Salvatori, como si estuviéramos viendo un reality show de bajo presupuesto transmitido desde la Calzada Zaragoza.
El detonante: Salvatori criticó que algunos legisladores gastan más en bots que en pipas de agua para las colonias que dicen representar. Verdades incómodas, ya sabe usted. Y como en esos momentos Delfina no estaba registrada para hablar —detalle que a ella le pareció tan irrelevante como las formas parlamentarias—, se trepó al micrófono como quien se cuela a una fiesta a la que no la invitaron.
“Mientras tú haces videos modelando ropa, yo ando en las colonias pidiendo agua”, exclamó con tono heroico, aunque más parecía estar lanzando un live desde un tianguis. La pregunta obligada es: ¿de qué colonias habla? Porque en la agenda legislativa no hay rastro alguno de propuestas concretas suyas. Nada. Cero. Salvo sus intervenciones estilo “tráiganme la cubeta, que ya va a llorar”.
Y es que Delfina no tiene agenda propia. No impulsa iniciativas de fondo, no lidera causas. Lo suyo, lo suyo, es subirse al tema del agua como si fuera ruta del transporte público: pasa por ahí cuando le conviene, se baja cuando la ignoran, y mientras tanto hace escándalo para que la vean. Pobrecita. Porque ni siquiera en su partido la pelan. El senador Néstor Camarillo, líder estatal del PRI, la ignora con una elegancia que ya la quisiera la realeza británica. Para él, Delfina no existe políticamente. Y a juzgar por su berrinche de este jueves, eso le duele más que quedarse sin turno en tribuna.
Lo más irónico es que en un debate sobre violencia digital y ciberasedio, Delfina respondió… con violencia verbal. Se le olvidó que el Congreso no es un ring. “¿Tienes un problema personal? ¡Pásate conmigo y discute!”, soltó, con el tono de quien resuelve diferencias alzando la voz y no con argumentos. Qué bonita forma de ejemplificar por qué necesitamos reformas contra el acoso.
Claro, no hubo réplica, porque la sesión siguió y el show se quedó a la mitad. Pero la escena ya estaba servida: Delfina Pozos, sola, sin propuestas, sin respaldo, pero eso sí, con mucha sed… de reflectores.
En fin. Si la diputada quiere realmente ayudar con el tema del agua, podría empezar por no desperdicarla en lágrimas de cocodrilo cada vez que alguien le roba cámara.
Quejas y chismes: zodepri@gmail.com
Gracias por la invitación.