Libertad de expresión sí, pero con responsabilidad: Armenta y el debate sobre la ética periodística en México
Gerardo Herrera.
El gobernador subraya que en Puebla se garantiza la libertad de prensa, pero advierte: la verdad también tiene derechos
CIUDAD DE PUEBLA, Pue.— En medio de un clima nacional marcado por la creciente circulación de fake news, la crisis de credibilidad en algunos medios y el uso político de la libertad de expresión, el gobernador Alejandro Armenta reiteró que en Puebla los derechos humanos y la libertad de prensa están plenamente garantizados, pero subrayó que el ejercicio informativo también exige responsabilidad, rigor y ética.
Sin aludir directamente a algún caso en específico, el mandatario hizo referencia al artículo 6° constitucional, que reconoce la libre manifestación de ideas pero también establece límites claros: “cuando se ataque la moral, la vida privada o los derechos de terceros, se provoque algún delito, o se perturbe el orden público.”
“El derecho a expresarse libremente no puede divorciarse del deber de informar con claridad, veracidad y sustento. No se trata de perseguir a nadie, pero sí de recordar que el micrófono no exonera, ni la pluma convierte todo en verdad”, puntualizó Armenta.
Esta declaración ocurre en un contexto nacional donde diversas figuras públicas, incluyendo periodistas, han utilizado su plataforma para difundir versiones infundadas o manipuladas, que luego han escalado en la opinión pública sin ofrecer pruebas. Casos como los del presunto financiamiento irregular, supuestos escándalos personales o incluso publicaciones fabricadas con inteligencia artificial, han puesto en entredicho la ética informativa y la responsabilidad editorial.
En Puebla, dijo el gobernador, la administración estatal promueve un ejercicio informativo abierto y plural, donde reporteros y medios asisten a conferencias diarias, cuestionan y contrastan datos sin censura. “Eso es democracia”, afirmó. Pero agregó: “también es democracia ejercer el derecho de réplica cuando lo publicado carece de sustento o induce a confusión”.
El fenómeno de la posverdad –donde las emociones pesan más que los hechos– ha contaminado el espacio público y ha abierto la puerta a la figura del “periodista ofendido”, aquel que reacciona a toda crítica como si se tratara de censura, incluso cuando sus afirmaciones no resisten el menor análisis. En este terreno, la victimización ha sustituido a la autocrítica.
Armenta recalcó que su gobierno respeta a las y los periodistas profesionales, que investigan, contrastan fuentes y asumen las consecuencias de lo que publican. “La prensa libre no solo es esencial, sino aliada de la democracia. Pero libertad no es licencia para falsear. No se trata de callar a nadie, sino de elevar el nivel del debate público.”
Con ello, el gobierno de Puebla refrenda su compromiso con un ecosistema informativo plural, transparente y sin impunidad, ni para quienes agreden periodistas, ni para quienes abusan del privilegio de comunicar sin responsabilidad.
