Puebla frente al espejo digital: entre la urgencia y la omisión.

Por Osvaldo Hernández Olivera
Abogado especialista en Derecho Digital
Con la entrada en vigor de la reforma al Código Penal que ha causado gran polémica en algunos colectivos y diversos periodistas, Puebla se encuentra en una encrucijada crítica: mientras la conectividad digital crece a un ritmo inédito, la protección jurídica y social frente a los delitos cibernéticos permanece peligrosamente rezagada.
En un escenario donde el progreso tecnológico y la inseguridad digital avanzan en direcciones opuestas, dejando a millones de ciudadanos en el limbo, debemos analizar que es realmente lo que se pretende regular con la Ley de Ciberseguridad, considerando que la entidad se proyecta como un gran nodo digital en crecimiento.
El 78% de la población ya está conectada a internet y el comercio electrónico crece a una tasa del 35% anual. Pero detrás de estos indicadores alentadores se esconde una realidad menos visible: un ecosistema digital frágil, donde la protección jurídica avanza a paso lento frente a un delito que corre a velocidad 5G.
Ciberdelincuencia: un enemigo que ya está aquí.
Durante 2024, nos posicionamos como uno de los estados con más denuncias por delitos cibernéticos (más de 9 mil reportes). No obstante, los expertos advierten que esta cifra apenas representa la punta del iceberg, ya que la mayoría de los ataques digitales no se denuncian por falta de confianza en las instituciones o desconocimiento de los canales legales.
Empresas desprotegidas, ciudadanos expuestos
La inseguridad no solo afecta a usuarios individuales. El 60% de las empresas medianas y grandes en Puebla no cumple con la Ley Federal de Protección de Datos Personales, al no contar con un aviso de privacidad visible. Peor aún, las microempresas, que constituyen el 75% del aparato productivo estatal, operan sin protocolos básicos de ciberseguridad, exponiendo información sensible de clientes, empleados y proveedores a brechas potenciales. Esta omisión no es por falta de leyes. La normativa existe, lo que falta es voluntad política, capacitación técnica y supervisión activa. Sin estas piezas, cualquier avance legislativo se convierte en letra muerta.
Propuestas urgentes para un entorno digital seguro.
No se trata solo de alarmar, sino de actuar. Puebla necesita un cambio de enfoque. Las soluciones existen, pero requieren decisión:
Educación digital desde el nivel básico hasta el sector empresarial, para formar ciudadanos conscientes y prevenir riesgos desde el origen.
Reformas legales dinámicas, que integren fenómenos emergentes como el deepfake, la inteligencia artificial suplantadora y el ciberacoso automatizado.
Puebla, ¿modelo de resiliencia digital o zona de riesgo?
La tecnología avanza con o sin nosotros. La elección es clara: o Puebla se adapta y lidera un modelo de seguridad digital en México o continuará siendo un terreno fértil para el delincuente cibernético. Lo que está en juego no es solo la privacidad o los datos: es la confianza en nuestras instituciones, en nuestros derechos y en el futuro digital del estado.
La ciudadanía ya está conectada. Es hora de que la política y la justicia también lo estén, para dejar de considerar este avance en materia legislativa como una “Ley Censura».